El mercado

El sistema de mercado actual y para quien funciona:

Hay que empezar aceptando que la única misión del “mercado” es la de crear una necesidad y razón para que compremos un producto. Los economistas están diciendo constantemente que hay que motivar el consumo para general empleo, ósea que entre más consumamos más se fortalece el mercado y, por ende, la economía.

El mercado actual no es más que la propaganda del sistema monetario y su fin es hacernos creer que nuestra felicidad depende en el número de objetos que tengamos. Tan arraigado esta la influencia del consumo mercantil, que ahora los consumidores estamos divididos socialmente por categorías y estos se miden el uno al otro con base en la capacidad de compra que se tena.

El mercado actual se rige bajo tres preceptos: productividad, competitividad, e innovación. Pero esta forma mercantilista tiene varios interrogantes.

1Productividad: ¿de quién y para quién?, pues cada día los empresarios y el gobierno piden a los empleados trabajar más por menos salario mientras el empresario recibe la mayor ganancia sin trabajar.

  1. Competitividad, ¿Qué es en realidad?; un enfrentamiento completamente destructivo porque la idea es la de apoderarse del mercado del otro a cualquier costo. ¿Pero quién pierde más en esta carrera por la competitividad?, lógicamente el más débil: el empleado, pues el dueño o inversionista simplemente pierde dinero, mientras los empleados su energía física, su juventud, y su bienestar.

3. Innovación, ¿en qué y para qué? Aunque esta entra en diferentes aéreas del consumidor, la mayor ganancia proviene del consumo de basura, así que las innovaciones del mercado consisten en crear las necesidades para un producto. En otras palabras, este se resume a la búsqueda constante de nuevos métodos para entender el comportamiento humano y obligarlo a comprar lo que no necesita.

El mercado actual se rige por tres personajes:

EMPLEADO

PATRÓN

CONSUMIDOR

El empleado se vende así mismo por un sueldo, el patrón vende a los consumidores lo que produce el empleado, y como la mayor parte de la población son empleados, este termina cumpliendo dos funciones entre el sistema: empleado y consumidor, perpetrándose así un círculo vicioso donde el único beneficiario es el hombre de negocios porque no tiene que trabajar: el solo vende lo que otros trabajaron. El objetivo del hombre de negocios es minimizar al máximo el valor agregado. En nombre del mercado y el consumo, la población ha perdido la noción de la esclavitud voluntaria que existe detrás de esta.

Precio campesino: $1.000 pesos. La docena de aguacates.

Precio campesino: $10.000 pesos. Precio en supermercado…por medio bulto de naranjas.  

Precio en supermercado…

La codicia del mercado y la debilidad del hombre para controlar sus emociones nos ha llevado también a un estado crítico en materia de recursos naturales. El mercado ha inventado docenas de fechas especiales donde todos nos sentimos obligados a regalar o a ponernos algo que hay que comprar: día de amor y amistad, cumpleaños, noche de brujas, etc. Llegando al punto que todos los 24 de diciembre intercambiamos productos, que, en su mayoría, van a parar a la basura al siguiente día.

El mercado no ha sido solo un medio de explorar los recursos naturales, sino también la forma en que hemos dejado de ser seres biológicos para convertirnos en seres llenos de químicos. Con la idea de suplir la demanda del mercado, tanto corporaciones gigantes como medianos y pequeños cultivadores se han empeñado en crecer y preservar con substancias sintéticas todo lo que comemos.

En Colombia, el resultado de adoptar los procesos y los productos norteamericanos en nuestra dieta, que antes era orgánica, se ha venido reflejando en las últimas dos décadas en un deterioro de la salud pública. Los gobiernos se han dedicado a darle prioridad al mercado y no al bienestar de los ciudadanos, avalando todo lo que digan las corporaciones de comida y farmacéuticos.   

¿Para quién funciona el sistema monetario?

Desde su concepción, cual fue una excelente idea para resolver algunos de los problemas en el intercambio de bienes y servicios, este se ha convertido en la herramienta más útil para satisfacer las perversidades humanas sin que la justicia o la razón intervenga.   

Compra de la juventud

Explotación y aniquilación animal

Construcción en reserva natural

La interpretación errónea, por parte de las masas, de la función que debería tener el dinero entre las sociedades, junto a la incapacidad voluntaria estatal y la perversidad humana, ha llevado a que unos consuman los recursos de otros. La privatización de todos los elementos básicos de subsistencia ha hecho que solo una minoría se apodere de los mejores recursos naturales mientras pone a su servicio el resto de la población. Este sistema monetario, irónicamente, tenemos que trabajar para comprar lo que nos han quitado, los elementos de subsistencia. Este es un modelo legal de explotación que los gobernantes, por ser parte de este, la exaltan y motivan. El sistema actual necesita a la mayoría de la población endeudada y con necesidades para producir y que se consuma a sí misma, de esta forma mantienen ocupados mientras otros reciben las riquezas.  

“El gobierno debería pagarle a la gente hacer huecos en la tierra, y luego pagarle para que los tape nuevamente”.

 JOHN MAYNARD KEYNES (Gurú de la economía mundial)

«Para la clase dominante le es más fácil controlar una persona endeudada que una que no lo esté».